Una hernia supone una protrusión de una víscera a través de un orificio o debilidad de una pared. Supone una de las patologías quirúrgicas más frecuentes. La hernia más frecuente suele ser la inguinal y supone la protrusión de parte del contenido abdominal, principalmente asas de intestino, a través de una zona de debilidad que actúa como orificio a través del cual existe el prolapso.
Esta zona se encuentra en la ingle, en la región del la zona abdominal baja anterior.
Existen diferentes tipos de hernias:
- Hernia incarcerada: es dolorosa, blanda y no es posible recolocar (reducir) la víscera herniada en su lugar de origen.
- Hernia estrangulada: es una incarcerada en el que debido a la compresión del orificio a través de donde se hernia, se produce un déficit del aporte sanguíneo. Es dolorosa y violácea.
- Hernia incoercible: es aquella que se puede reducir, pero en seguida vuelve a herniarse.
Las hernias inguinales suelen ser más frecuentes en varones y principalmente en el lado derecho. Existen diferentes tipos de hernia inguinal:
Hernia Femoral o crural: por un defecto de la fascia transversales en el triángulo de Hesselbach. Suele ser más frecuente en mujeres, y su riesgo de incarceración y estrangulación es el más elevado.
Hernia Inguinal indirecta: sale por el lateral a los vasos epigástricos y al ligamento de Hesselbach. Es la más común en hombres.
Hernia Inguinal directa: sale por dentro de los vasos epigástricos. El riesgo de incarceración de éstas suele ser menor. Son más frecuentes en ancianos.