Generalidades de la cirugía
El tratamiento de la hernia de hiato y del reflujo gastroesofágico depende de la gravedad, pero en los casos leves el objetivo es controlar los síntomas, siendo estos momentos en los que se opta por llevar a cabo el tratamiento conservador, que podemos dividirlo en farmacológico y de hábitos:
Cambio en hábitos de vida
- Evitar comidas que favorecen la relajación del esfínter esofágico inferior: Grasas y fritos, pimienta y especias, alcohol, café, chocolate, naranjas, limones y otros cítricos, así como el tomate.
- En casos en que el paciente sea obeso, es vital la pérdida de peso para reducir la presión que sufre el diagragma.
- Dejar de fumar: Es algo siempre complicado, pero siempre es beneficioso.
- Elevar el cabecero de la cama: Recomendado hasta unos 10 centímetros, siendo importante no realizarlo colocando cojines o almohadas pues pueden provocar dolor en el cuello. Es mejor elevar directamente las patas delanteras de la cama o conseguir una cama articulada.
- No tumbarse ni dormir hasta 2 ó 3 horas después de haber comido. Esto es muy importante.
Si aún así, los síntomas persisten, se debe añadir el tratamiento farmacológico, manteniendo estos consejos de dieta e higiene postural.
Tratamiento farmacológico
Este tipo de tratamiento tiene dos objetivos claros, pudiendo ser en primer lugar disminuyendo las secreciones ácidas del estómago, mediante la ingesta de antiácidos o antisecretores; o por otro lado, fármacos que aumenten el tono muscular del Esfinter esofágico inferior y que favorezcan el vaciado del estómago.
Todos estos medicamentos deben ser siempre prescritos y supervisados por un médico, nunca hay que automedicarse.
Por último, en los casos en que el tratamiento conservador no ayuda al paciente a aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida, se puede optar por la operación de hernia de hiato por laparoscopia. Explicamos todo lo que hay que saber sobre el tema a continuación: